Games Workshop - Green Ronin Publishing
Valoración 1ª EdiciónEstilo: 3
Sustancia: 4
Valoración 2º Edición
Estilo: 4
Sustancia: 3
Hace ya algunos años, mientras me leía la vieja revista de rol "Lider". Supe por primera vez de un juego de miniaturas ambientado en universos de fantasía al estilo Tolkien. Y que acababa de salir su segunda edición.
Pregunté en tiendas, pregunte a conocidos e intenté averiguar todo lo que podía acerca de ese juego. Poco supe en ese momento (En el futuro quedaban las tiendas Games Workshop), pero si supe que se necesitaba un desembolso importante. Teniendo en cuenta que en aquella epoca ya me costaba comprarme mis números de "La patrulla X", lo deje estar hasta poder jugar una partida.
Unos años mas tarde pude jugar una partida, y la verdad es que me decepción. La estetica no me gustaba, se movía cogiendo todos los tópicos y exagerándolos vilmente. Y no podia entender como algunas figuras podian atacar con esas sobreexageradas Hachas/espadas/...
Unos años después, sabiendo que iba a contracorriente. Me compré el Juego de Rol de Warhammer, sabiendo de oídas que se trataba de un manual único que no habia sido revisado en 15 años. Asi que, puestos a comprar, era mejor un manual de rol legible que un manual de miniaturas que no me iba a comprar.
Despues de llevarme alguna sorpresa, como que las estadisticas de los personajes fueran las del juego de figuras. La verdad es que el resto de las sorpresas fueron positivas. El juego se basaba en un sistema de progresión que luego ha sido emulado hasta la saciedad por videojuegos y otros juegos de rol como el d20. En este juego no avanzabas en una sola profesión, sino que tarde o temprano tenias que cambiartela acumulando experiencias. ¡Y que profesiones! podías empezar como Mulero y luego continuar tus andanzas como Contrabandista y luego por las circunstancias pasarte a perista. El hecho es que las fichas recien creadas eran bastante pobres en habilidades pero eso le daba bastante mas emoción a la hora de progresar.
El sistema era todo lo que prometia y mas. Habia reglas de todo tipo, enfermedades, venenos, magia, bestiario, cronologia, transfondo. Puede que las reglas no gustasen, pero hay estaban. Y siendo mucho mas barato que la mayor parte de los sistemas generalistas (AD&D y Rolemaster en aquella época)
Y luego estaba la sorpresa del tono. Donde en el juego de miniaturas se daba la situación de que todo era, mas burro, mas poderoso y mas destructivo. En el juego de rol todo era mas mundano, con las amenazas de los ejércitos enemigos lejos en el horizonte, y con partidas mas urbanas. Ademas, en pocos juegos se puede jugar con el Sacro Imperio como con el Imperio del mundo de Warhammer (Bueno, En mago la Cruzada se puede, pero el tono ya se diluye por lo megapoderoso de os PJ).
El Juego de rol era sencillo, y me dieron muchas ganas de arbitrarlo. Pero la mueca de desprecio de algunas personas de mi grupo hicieron que aparcara el juego en el limbo de mi ludoteca.
Hasta que salió la segunda edición. En ese momento me percaté de que empezaba a escasear cierto material de primera edición bastante recomendable, como "El Enemigo Interior" una de las campañas mas reconocidas del mundo. Asi que aproveché la oportunidad y compré toda la campaña.
No contento con esto, compré la segunda edición para ver si habia elementos mas atractivos para mis jugadores.
Las reglas no han dado grandes cambios, pero hay cosas bastante discernibles a simple vista.
- Los personajes parecen ahora bastante dopados. Donde un personaje empezaba antes con 6 habilidades ahora puede empezar con 14 o 16.
- Ahora no se tiran mas que d10, no se vosotros, pero a mi me gusta tirar todos los dados. Eso para mi es un punto negativo, ademas que hayan hecho esto invalidad en parte el bestiario de primera edición.
- Es a todo color, lo cual esta bien. Pero las ilustraciones no llegan al tono de primera edición ni de lejos.
- Algunas habilidades ahora son talentos, como si hubiera que declarar que d20 le copió a warhammer la idea de las dotes.
- Ahora en lugar de ser un mundo sombrio, gris y peligroso, solo se queda el peligroso. Ha perdido gran parte del tono que el imponia la "amenaza oculta" de los dioses del caos. Ademas, la Tormenta del Caos (Tras la cual se ambienta el juego), invalida la campaña "el enemigo interior" que como ambientación esta bastante mejor.
- El sistema de magia ha cambiado. Y la verdad, no se que pensar. El sistema de magia antiguo era bastante cutre (Era prohibitibamente caro poder lanzar mas de 2 conjuros) pero tenia cierto tono. Este en parte es mas libre (Puedes lanzar todos los conjuros cuantas veces quieras) pero mas restrictivo, ya que tienes una lista fija de conjuros que nunca podras cambiar, si eres un hechicero de fuego, nunca podras lanzar conjuros que no sean de fuego. Lo cual no solo desencanta sino que mata bastantes campañas antiguas. Ahora ni siquiera puedes estudiar la mayor parte de los grimorios que te encuentras, no te sirven para nada.
- El bestiario es de 10 monstruos. Ni punto de comparación con el viejo que los tenia unos 80. Tiene una lista de pnj's pero es bastante incompleta con respecto a la que tenia por ejemplo Sombras sobre Bogenhafen.
- No os confundais, realmente es un lavado de cara (ahora es incluso un sistema mas facil que antes). Pero quizas la cara les ha quedado demasiado limpia. Y ya no es un sistema tan completo, ni de lejos.
Lo peor: El sistema tiene fallos bastante garrafales de escala, intenta parecerse demasiado a su homonimo de tablero.
Yo tengo la versión antigua, pero lo compré por pura nostalgia ya que su estetica me recordaba mucho mi querido Hero Quest.
ResponderEliminarSobre el trasnfondo de Warhammer Fantasy me tiene frito el rollo del Caos que corrompe todo lo que toca, como si la humanidad no fuera capaz de elegir entre el bien y el mal, ni de poder redimirse cuando ha caido.
Me tiene frito el rollo del culto a Sigmar y sus cazadores de bruja, porque lo veo como unas alusiones a cierta institución historica del mundo real...(por cierto, por curiosidad, Sigmar está en el santoral catolico, en cierto modo, ya que san Fidel de Sigmarigien fué un ex-abogado que se metió a monje y que murió martirizado por los luteranos).
A los orcos los veo demasiado estupidos, los elfos oscuros no pueden ser tan depravados porque en el mundo real una sociedad así se autodestruia o era barrida del mapa por sus enemigos en un plis plas. ¿Volverán alguna vez los fimir (reptilanos de un sólo ojo con craneos como los aliens)?
¿Qué ha sido de Malal, el dios del caos renegado, o Arianka la deidad legal atrapada en un ataud de Cristal?
Eh, pues a mi me gusta aunque sea porque he crecido con el warhammer en sus dos vertientes.
ResponderEliminarY de la nueva edición solo puedo opinar sobre un suplmento del caos que francamente me ha parecido bastante notable: tablas de mutaciones, bichario, como convertirse en pala, cazadores de brujas, completito.
Un saludo!
¿Que quieres decir exactamente con "tono"? Porque lo usas en muchos contextos y al final ya no sé si te refieres a ambientación, estética, equilibrio... "El sistema de magia antiguo era bastante cutre pero tenia cierto tono." ¿¿?? ¡Saludos!
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